miércoles, 25 de junio de 2008

Los problemas de comunicación en los partidos políticos

Según nuestro Triángulo de Mejores Prácticas para Partidos Efectivos, un pilar fundamental de la Democracia Interna es el uso efectivo de la comunicación abierta, tanto vertical como horizontal. Claro, éste es el “deber ser”, porque en la práctica, cada vez que hacemos el ejercicio con las y los miembros de los partidos sobre cómo funciona la comunicación al interior de sus respectivas organizaciones políticas, las respuestas son realmente espeluznantes, si acaso, nos dicen que en épocas de campañas electorales funcionan un “poquito mejor pero no mucho”.
La comunicación y la política han estado estrechamente ligadas, una como instrumento de la otra. La comunicación se encuentra en una época de grandes cambios, pues se viene dando un crecimiento y transformación gradual de las sociedades con el consiguiente aumento de su participación en los asuntos de la vida pública; ello ha implicado que gobernantes y gobernados establezcan diversos mecanismos recíprocos de comunicación, aparte del derecho a votar, que también es un ejercicio soberano de comunicación política. El mundo cambia, las sociedades se transforman y constantemente se plantean nuevos enfoques, se elaboran nuevos conceptos y se diseñan nuevas tecnologías que influyen en las formas de vida de las personas.
Por ejemplo, en política cada vez más se utilizan los medios de comunicación masiva, pues el político moderno sabe de su importancia e impacto en la opinión de la ciudadanía. Pero, ¿cómo andamos por casa? Esta interrogante se la formulado a varios dirigentes y muchos “se me salen por la tangente” diciéndome: “oye Lucho, pero si en el partido hasta ya tenemos Página Web”, lo cual por supuesto aplaudo y elogio pero sólo aminora los graves problemas de comunicación a lo interno de las organizaciones políticas, en especial en el interior de nuestros países.Tal cual lo indica nuestro manual participativo sobre las mejores prácticas de partidos efectivos, un partido puede tener una visión brillante y excelentes políticas, pero si no posee una comunicación clara y abierta, no va a tener éxito. Y la comunicación vertical--aquella que se da entre los dirigentes o líderes y sus afiliados (y simpatizantes) y permite posibilidades de retroalimentación- es importantísima.
“Información y comunicación es poder” es una máxima comunicacional de primer nivel, pero ello debe entenderse como poder compartido porque muchos esconden informaciones por temor precisamente, a perder poder. Y ocultar información también es una ventana abierta hacia la corrupción.
Y la comunicación horizontal también es clave, porque si las ramas o grupos funcionales (mujeres, jóvenes, sindicales, empresarios, etc.) pero también entre unidades geográficas (municipios, distritos, provincias, regiones, Departamentos ó estados, etc., no se comunican entre sí, se les va a dificultar el trabajo político y ello tampoco va a favorecer un trabajo hacia fuera, hacia el alcance de nuevos sectores.
Ya lo sabemos, el mundo avanza y con ello avanzan los procesos comunicacionales. Si los partidos no se acomplan a estas dinámicas, éstas pasarán por encima de ellos y los dejarán en la época cavernaria. En este sentido, hay tantas iniciativas creativas que pudieran darse más allá de las tradicionales, me refiero, más allá de boletines, comunicados o ruedas de prensa.
Concluyo con una de las preguntas claves de nuestro manual participativo: ¿qué recomendaciones harían mis estimados jugadores, a los líderes de los partidos para hacer que las comunicaciones lleguen de manera más efectiva y por lo tanto, más democrática también? ¿Y qué deberían hacer los afiliados, militantes y simpatizantes para tener más información sobre lo que pasa en su partido, que es una parte de su propia familia? Vamos, jueguen, aporten…

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